En este proyecto se ha seleccionado a todas las personas que han tenido algún tipo de ingreso derivado del trabajo por cuenta ajena durante los años 2007 a 2018, utilizando los datos de la Muestra Continua de Vidas Laborales (MCVL), que parte de su relación con la Seguridad Social en cada año (empleo, desempleo, pensiones). Para la población indicada, se ha calculado el ingreso salarial anual durante el período 2007 a 2018 (gráfico 1) eliminando el efecto de la subida de los precios para disponer de una medida de ingresos con una capacidad de compra estable (salario en términos reales).
Para llevar a cabo este análisis se calculan la mediana y los cuartiles. La mediana es el valor que deja la mitad de los datos a cada lado. De la misma manera, los cuartiles dividen a nuestra población en cuatro partes iguales. El primer cuartil marca el límite en el que se sitúan la cuarta parte de los trabajadores con menores ingresos. Y el tercer cuartil marca la cantidad a partir de la cual se sitúan el 25% de los trabajadores con mayores ingresos.
Dado que el valor de la mediana en 2007 es de 18.919 euros, la mitad de los trabajadores ha tenido un ingreso anual inferior a dicha cantidad, y la otra mitad lo ha obtenido mayor (gráfico 1). Podemos observar que la mediana llega a un máximo de 20.216 euros brutos en 2009, registrándose el mínimo en 2017 (18.478 euros). El primer cuartil se sitúa en el entorno de los 13.000 euros, mientras que el tercer cuartil está en torno al doble de esta cantidad.

Si se representa la evolución del ingreso anual como un índice que toma valor 100 en 2007 (gráfico 2), observamos que en 2008 y 2009 los ingresos crecen, y vemos que lo hacen en mayor medida los que son más elevados (a partir del tercer cuartil). Así, mientras que el tercer cuartil en 2009 supera en 7,6 puntos porcentuales el nivel de 2007, el primer cuartil solo ha aumentado en 3,8 puntos. Cuando los salarios empiezan a reducirse, el efecto es mayor para los más bajos. La caída que se experimenta desde 2010 supone que, en 2012, los trabajadores situados en el tercer cuartil vuelven a los niveles salariales de 2007, mientras que los del primer cuartil pierden 2,7 puntos porcentuales.
Desde 2012, el grupo del tercer cuartil ve reducido sus ingresos únicamente en el período 2016-2017, situándose 2,3 puntos por debajo de los ingresos en 2007. En cambio, el grupo con salarios más bajos ve reducidos sus ingresos progresivamente cada año, de manera que, en 2017, su ingreso laboral anual es 7 puntos menor que el nivel que obtenían en 2007. En el último año considerado, 2018, se observa una ligera recuperación salarial en el grupo con menores salarios, aunque aún no alcanzan el nivel de ingresos de 2007.

Si atendemos a la evolución de la mediana, podemos observar que, durante los dos primeros años de la crisis, el salario mediano en términos reales creció un 2,6% en 2008 y un 4,1% en 2009, hecho que, en su momento, provocó un gran debate sobre las causas del mismo, dado que a la vez que aumentaban los salarios, el número de empleos se reducía intensamente. Como dato, baste señalar que, en 2008, se destruyeron más de 1,3 millones de puestos de trabajo.
No quedaba claro en qué medida este incremento salarial respondía a la destrucción de empleo de baja calidad y con salarios bajos, y al mantenimiento de empleos con salarios medios y altos que, por tanto, contribuían a que el salario mediano aumentara. Se sugería como alternativa que la rigidez de la negociación colectiva impedía realizar ajustes salariales y, como consecuencia, las empresas optaban por reducir sus niveles de empleo (Cuadrado et al., 2011).
A pesar de esta falta de respuesta inicial a la crisis, a partir de 2010 los salarios se reducen, especialmente durante 2012, año en el que caen un 3,4%. Hay que tener en cuenta que las reformas laborales aprobadas en 2009, en 2010 y, especialmente, en 2012 modificaron aspectos sustanciales de la negociación colectiva, lo que contribuyó a esta reducción de los salarios (Pérez Infante, 2015; Malo, 2015).
Tras el fuerte impacto de la crisis, en 2014 la economía española empieza a recuperar empleo. Sin embargo, los salarios no se recuperan. Entre 2013 y 2015, las variaciones son pequeñas, manteniéndose el ingreso mediano anual en torno a 19.000 euros (en términos reales). Pero en 2016 y 2017 ha vuelto a reducirse más de un 1% anual. Globalmente, la caída acumulada hace que el salario mediano en 2017 sea, en términos reales, un 8,6% menor que el correspondiente a 2009. En 2018, se ha producido un ligero aumento del 0,3%.
El análisis de la variación interanual por cuartiles nos puede dar la impresión de que la caída de los salarios afectó de manera muy similar a todos los trabajadores (gráfico 3). Sin embargo, debemos tener en cuenta que, aunque la evolución es similar, cuando se produce crecimiento, este resulta mayor en el tercer cuartil (trabajadores que cobran más) que en el primero (los trabajadores que cobran menos). Así, en 2008 y 2009, los salarios del primer cuartil crecen un 1% y un 2,7%, respectivamente. Los incrementos para los salarios del tercer cuartil son superiores (2,6% en 2008 y 4,9% en 2009). Ocurre lo mismo en 2013 y 2015, es decir, los aumentos salariales son mayores para los trabajadores de mayores salarios que para los de menores ingresos. En 2018, en cambio, la pequeña subida experimentada afecta en mayor medida a los trabajos con salarios más bajos (primer cuartil), con un incremento del 0,9%.

Los datos en función del género muestran que la evolución es similar en hombres y mujeres, pero los salarios de las mujeres son sustancialmente más bajos que los de los hombres. Así, ya sea considerando la mediana o los cuartiles, el salario de las mujeres se sitúa en torno al 80-85% del salario de los hombres, lo que refleja la bien conocida brecha salarial por género (gráfico 4).
